Vicisitudes de un matrimonio

Vicisitudes de un matrimonio

 

«Se va a estrellar y no seré yo quien lo impida», pensé.

Mi marido es de esos que le dan al “drinky” cosa mala y luego se vuelven cariñosos, zalameros y persuasivos, consiguiendo lo que se proponen.

Esa tarde intenté emularlo y cambiar las tornas. Me pillé un pedal de aúpa mientras lo esperaba. El transparente camisón que lo recibió lo dejó mudo. Se zafó de mí como pudo y fue en busca de alcohol. No quedaba, ni una gota. Le dije, «si quieres beber, ya sabes dónde está la fuente».

Se mareó y cayó al suelo.

Autor: Miguel Angel Salinas   

 

¡¡Suelta lo que llevas dentro, desahógate!!
 
                                                                
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