Canciones para hacer llorar
Sea usted de lágrima fácil o no, no faltan momentos en la vida, ocasiones en las que la impotencia la rabia o la frustración nos arrinconan de tal modo que pocas vías de escape apropiadas hallamos en esos momentos. Los que acostumbran a dar mamporros al prójimo o a un saco de boxeo lo tienen fácil. Pero al resto de los mortales, los que nos retrotraernos hasta encogernos en la mínima expresión del ser humano, no nos queda otra que explotar de un modo natural y no violento, llorando abruptamente en algunos casos, suavemente mientras hipamos, o los más desinhibidos, abiertamente en público.
En más de una ocasión en la cual he necesitado una necesaria y urgente liberación, he deseado poder llorar. Pero yo no soy de lágrima fácil y eso, en mi opinión, es un defecto. Por mucho que me concentre en mi desgracia, en mi aflicción, no hay manera. Y me ocurrió con dieciocho años. Sólo en mi habitación, derrengado sobre la cama, accioné el play de mi reproductor de cintas de casete. Y justo en ese momento comenzó la magia, me derretí ante Two old friends del grupo británico Magna Carta. Dejé las sábanas mojadas, mezcla de lágrimas, saliva y mocos. No recuerdo haberme desahogado tan a gusto jamás en mi vida.
Y de eso trataremos en esta sección, de canciones apropiadas para este noble fin, nada contaminante, ecológico al cien por cien, que cumple la norma ISO 9001, cumple con los derechos y libertades de los presos políticos, hace felices a los miembros de la iglesia que creen que lloramos porque creemos en su señor Jesucristo, a los del PSOE y a los del PP que imaginan que las palabras de sus líderes nos han emocionado, a los políticos que piensan que nos alegramos de las rácanas subidas de las bases de cotización y en definitiva, nos hace felices a nosotros, que pensando en lo que acabo de decir, a veces nos morimos de risa.
Les advierto que no me andaré con tonterías, voy a ser muy selectivo con los temas, así es que aquellos de ustedes que se depriman o emocionen con facilidad, quedan advertidos (no pierdan de vista la farmacopea).