Love (Parte 1)

Love (Parte 1)

 

Existen multitud de maneras de abordar un artículo musical. Cualquier género, país, adminículo, instrumento, compañía discográfica, anécdotas de los artistas, líos de faldas, asuntos turbios, portadas de sus discos, ranking de ventas, vida personal, giras, muertes repentinas y traumáticas, desaires con los medios de comunicación, disputas entre los integrantes, problemas con el fisco, lo que se les ocurra. Las posibilidades, si bien no infinitas, son tan variadas que en ocasiones es lo que dificulta la labor del escritor (en esta caso la mía), decidir qué camino tomar.

En más de una ocasión he confesado, sin rubor alguno, que me suelo conducir de forma artera y taimada, eligiendo atajos y evitando los caminos pedregosos, polvorientos y muy pendientes. Resultó puro azar, y de eso no me pueden culpar. Desempolvé una vieja carpeta repleta de guiones, algunos mejor elaborados que otros, para un programa musical que llevé a cabo junto a María hace algo más de una década. Tras la comprensible emoción que supuso el hallazgo, mi cabecita, que no para de intentar obtener provecho hasta de una cucaracha que acabara de chafar con mi pie desnudo, me aconsejó que aprovechara el tesoro en forma de pergamino para  convertir un programa radiofónico en algo similar a unos artículos, bien informativos, bien didácticos, bien entretenidos. Cada cual que le dé el uso que mejor considere.

Van a tener el privilegio de disfrutar de la inauguración de esta sección. Espero no defraudarles.

 

Comenzaremos con algo animoso. Johnny Thunders fue un cantante y guitarrista neoyorkino. Cofundador de los míticos New York Dolls. La vida de este muchacho nunca se alejó de su drogadicción y alcoholismo (de hecho vivió unos escasos 40 años). Una vez disueltos los Dolls montó su propia banda rescatando  a Jerry Nolan batería de los Dolls. Con el nombre no se rompió la cabeza, The Heartbreakers. Existen montones de bandas llamadas así con coletillas delante o detrás. Su primer Lp es uno de mis favoritos. Es completo, es enérgico, es animoso, es lo que todos buscamos cuando no encontramos la manera de arrancar el día. Su título L.A.M.F. acrónimo de Like a Mother Fucker refleja tal y como eran ellos, irreverentes, irrespetuosos y bastante fuera de la realidad. Tal y como he dicho, el disco es altamente recomendable (de cabo a rabo), pero la canción que me veo obligado a traer a colación es Pirate LOVE. La pueden bailar antes, durante o después, ustedes sabrán.

 

La vida de Buddy Holly (nacido en Lubbock, Texas) fue todavía más breve que la del desdichado Thunders. Como la mayoría de ustedes sabrán, sufrió un trágico accidente de avión. Holly interpretaba temas optimistas, juveniles. Canciones esperanzadoras, muchas de ellas próximas al amor correspondido o no, anhelado. Y a pesar de su corta trayectoria, creó un fuerte precedente en artistas posteriores. Muchas de las veces sin proponérselo. A veces, en la sencillez se encuentra el secreto de la vida. Supongo que ya se imaginan la canción que les voy a nombrar, Words of LOVE. Tema bonito que apetece cantarlo o rasgar sus acordes con la guitarra. No en vano existen cientos de versiones sobre él. Yo ensayé la mía, con funestos resultados, debo decir.

 

Vayamos a Inglaterra, concretamente a  Sheffield. Allí surgió la banda ABC, un grupo de Pop y New Wave que se mantuvo en auge cerca de una década, la de los 80. Debo de reconocer que ese tipo de música (soy consciente de que nunca conviene generalizar) no es santo de mi devoción. Soy de la opinión de que en cualquier género musical es posible entresacar algo provechoso. La banda supo componer un Lp lúcido y distinguido (producido por Trevor Horn, un todoterreno que ha metido mano en decenas de artistas: Grace Jones, Marc Almond, Paul McCartney, ABC, Malcolm McLaren, Frankie Goes to Hollywood…), The Lexicon of Love (Mercury, 1982). Es un album que vale la pena escuchar (una vez, no muchas más), pero el tema que a mi jamás me ha agotado es The Look Of LOVE. Y según la edad de usted, querido lector, seguro que lo ha bailado más de una vez. No pierda la costumbre y siga haciéndolo.

 

Seguimos en las islas, sin pasar al continente (como dirían los británicos). Allí nos topamos con Led Zeppelin, grupo de rock fundado en Londres en 1968 por el guitarrista Jimmy Page, quien había pertenecido a The Yardbirds. Es considerada sin ambages como una de las bandas más importantes e influyentes en la historia del rock, no sólo de los 70’s, sino de todos los tiempos. Los cuatro primeros álbumes son magníficos. Sus nombres fueron sencillamente, I, II, III, IV. Después, excepto el doble Physical Graffiti (sexto del cuarteto), la banda fue descafeinándose, perdiendo frescura y desatendiendo composiciones aceptables (no me olvido de D’yer Mak’er, una delicia de canción, única salvable del quinto disco, Houses of the Holy). El tema que deseaba nombrarles (siento que me haya ido por las ramas) es Whole Lotta LOVE, tema que abre su segundo disco. Es una canción muy típica del grupo. A Plant le gustaba intercalar espacios entre sus letras en los cuales parecía saltar al vacío, gritando mientras se desvanecía sin paracaídas. Escúchenlo, no les pasará nada. Palabrita del Niño Jesús.

 

En el año 1976, en Crawley (Inglaterra) se formó un trio denominado en sus orígenes Easy Cure, más tarde The Cure (prometo dedicar un especial al grupo). Me ha perseguido desde mi adolescencia y todavía no me lo he podido quitar de la cabeza. Seguramente Robert Smith y su carisma tengan la culpa de ello. Su look, su manera de gesticular mientras habla y canta, sus excentricidades, los videos tan entrañables que le producía Tim Pope. Si me propusieran entresacar mi canción favorita de la banda, sería incapaz. Pero la que hoy viene a cuento es LOVE Cats. El tema aparece en un album titulado Japanese Whispers. Atravesaban una etapa difícil en lo personal y profesional. De hecho ese disco lo refleja; contiene temas esquizofrénicos, raros, hermosos, hipnóticos. LOVE Cats es puro optimismo, es pegadizo, es terapéuticamente recomendable, es sencillamente encantador.

 

Y para acabar, volveremos a cruzar el charco. Nos situamos de nuevo en la ciudad de New York. Talking Heads fue una banda de rock formada por David Byrne en el año 1974 junto a Chris Frantz y Tina Weymouth. Un par de años después se integraría el guitarrista y teclista Jerry Harrison, quien anteriormente había grabado junto a The Modern Lovers. Desde sus inicios, más bien experimentales (en parte se lo deben a los trabajos que produjo Brian Eno), hasta su avanzada trayectoria muchos años después en los que ensayaron ritmos más bailables y playeros, han sabido componer buenas canciones y conformar buenos discos. Tampoco son de desdeñar sus videos y puestas en escena de sus conciertos. El Psycho Killer que aparece en su album debut fue toda una conmoción. Debo de reconocer que han atravesado etapas pesadas en donde sus canciones (para el que suscribe) se hacían difíciles y cuesta arriba. En ese sentido podríamos  decir que han sufrido una trayectoria irregular. Un Lp que me encanta es el séptimo True Stories. Este disco se abre con el tema que quería proponerles LOVE for Sale. Irresistible. Y ya que están con ese disco, no se pierdan tampoco People Like Us, ni por supuesto, Wild Wild Life.

 

Y todo mi amor se acabado por hoy. Tengo más, pero necesito un poco de odio, desdicha y mala fortuna para poder acometer un segundo capítulo.

Hasta entonces.

 

FIN

 

 

Autor: Miguel Angel Salinas   
 
 
                                                              
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