Martina y su complejo mundo interior
(II) Martina deambula por la casa y se devana la sesera un sábado por la mañana. Graves e impostergables preocupaciones la inquietan. Ni siquiera Gato es capaz de ofrecerle consuelo.
Martina, un domingo por la mañana
(III) Martina preocupa a sus padres. Ese fin de semana se está comportando de manera extraña. Tan sólo Gato, enamorado de la gata del vecino, es capaz de comprenderla.
Martina, Gato y todo lo demás
(IV) Martina continúa a la deriva el domingo por la tarde. El baño de Gato la evade en cierta medida. Ni siquiera sus padres, cada uno a su manera, son capaces de arrancarla de ese estado. Tan sólo encerrada en el estudio de su padre es capaz de alcanzar cierto sosiego.