Girls (Parte 2)

Girls (Parte 2)

 

Continuaremos con el hipnotizador hechizo que las chicas producen sobre el resto de la galaxia. Las razones de ese efecto son variadas y poderosas, pero en el campo de la música adquieren connotaciones celestiales.

 

Comencemos con Patti Smith, una artista procedente de Chicago, que no dedicó el tiempo en el campo de la música exclusivamente, sino que también  desarrolló habilidades literarias y de artista visual. Saltó a la fama con su album Horses (1975) y fue encasillada (ya saben, por los periodistas amantes del orden, de su orden) como «la madrina del punk». El album se deja escuchar, contiene alguna versión y de punk no tiene nada, por lo menos lo que ahora entendemos por punk (para los coetáneos de Pachelbel, sí sería punk). Recuerdo que a AC/DC también se les catalogó de heavies, sin embargo, en  mi opinión, era (en la gloriosa época de Bon Scott) una buena banda de Rock and Roll. El segundo disco, más flojo en general (disco difícil y menos homogéneo que el primero), Radio Ethiopia, contiene un tema que no  se puede relegar al olvido, Ask the Angels. Es el que les recomiendo. Pero nada ni nadie les impide explorar y extraer sus propias conclusiones. Yo me dedico a sembrar la semillita. Ustedes deciden si la riegan y la dejan crecer o la pisotean con saña.

 

Hablemos ahora de una criatura que yo no tacharía de adorable, pero, por lo que sea, me inspira expectación, Polly Jean Harvey, más conocida como PJ Harvey, una inglesa de Somerset. En especial me gustaría comentar un disco titulado 4-track demos. Y el título no engaña, se trata de maquetas tocadas con su desgarradora guitarra y su voz, una voz esquizofrénica que salta de la cuna, con perfume de polvos de talco, a las llamas del infierno, sin apenas darnos cuenta. El tema que les aconsejo encarecidamente es  Ride of me. Nada que ver por cierto con el aparecido en el disco homónimo. La versión demo es narcótica, deja secuelas. Hasta la foto de la portada deja su impronta.  Y ya de paso, no perderé la oportunidad de aconsejarles la portentosa interpretación del tema en el concierto “PJ Harvey – live at the Olympic Park, Sydney Australia January 26th 2001”. Esa es ella, en esencia pura. Y qué decir de la letra, les dejo unos fragmentos entresacados al arbitrio de mi subconsciente:

«Átate a mí, a nadie más. No te desharás de mí, mmm. No te libraras de mi…Lame mis piernas, estoy en llamas. Lame mis piernas, te deseo. Sí, no te librarás de mí, te hare lamer mis heridas…».

 

Sigamos en Inglaterra, esta vez en Essex. Yazoo (que en los Estados Juntitos de América se conocían como Yaz, por coincidencia con un sello americano llamado Yazoo Records) fue un dúo británico formado en el 81’ por Vince Clarke (sintetizador) y por Alison Moyet (vocalista). Ese Clarke era el mismo, efectivamente, que el miembro fundador de Depeche Mode. Tras alcanzar cierta fama, después de dos singles de evidente éxito, New Life y Just Can’t Get Enough, decidió abandonar Depeche Mode. Yazoo posee muy buenas canciones y la voz de Moyet es sencillamente la apropiada para interpretarlas. Les podría hablar de su discografía, pero me voy a quedar (la morriña me puede, perdónenmelo) con el primero, Upstairs At Eric’s, un disco de portada enigmática y con temas que todos (serenos o sobrios) hemos bailado. Recuerden ese Don’t go, como glorioso botón de muestra. Me gustaría recomendarles hoy un track de ese mismo trabajo, Bad Connnection. ¿Por qué? Quizás es porque hoy la nostalgia me bloquea y quiera recordar momentos de energía juvenil que he ido perdiendo por el camino. Puede que quiera animarme y este tema sea sin lugar a dudas una buena medicina. Que la disfruten (no teman la sobredosis).

 

Parece ser que no vamos a poder abandonar las islas (británicas). Luego cambiamos de país, pero, en el ínterin, me ha venido a la mente un grupo pop que quizás deberíamos recordar. The Primitives es una banda inglesa de indie pop (¿se dan cuenta? No soy yo. Así figuraba en la enciclopedia que he consultado, con su etiquetita) procedente de Coventry y formada en 1985. Es conocida, principalmente, por su éxito internacional Crash, que aparecía en su primer álbum, Lovely. Pero no es el que más me gusta. Yo les recomendaría (sin desmerecer al nombrado, Dios me libre) I’ll Stick With You, (Thru’ the Flowers, le sigue la estela).  Es una composición más íntima y delicada, sin tantas pretensiones, que les sirvió para rellenar de manera muy digna un Lp que no escondía mucho más. Carry me home y Shadow son dos cortes meritorios que juegan con la psicodelia. Y no puedo ocultar mi devoción por el tema que cierra el album, Buzz Buzz Buzz.  No sabría explicarles la razón. Lo escucho y me hechiza. No tiene nada especial. Como yo. Por eso me debe de enganchar.

 

Me he tirado de cabeza al canal de la mancha, he alcanzado a nado la costa francesa y he llegado a dedo hasta España (he perdido la cartera en el mar). Atravesados los Pirineos, todo ha sido peor. Nadie se ha dignado a pararme. Así es que, después de ser asistido en Cáritas y concederme el favor de una llamada telefónica, me han venido a recoger. No quería recalar en Madrid, pero (no pregunten), aquí estoy. Recobrado el espíritu y algo de solvencia económica, me he dispuesto a acabar el artículo. Para que luego digan que uno no se gana las judías. Y paseando por Madrid, me ha venido a la memoria Alaska. A esta muchacha, Olvido Gara, no es que le guarde un gran afecto. Hay músicos a los cuales les coges cariño y te duele lo malo que les ocurra. No me avergüenza reconocer lo que me dolió la muerte de Lux Interior (vocalista de The Cramps) y la de Lou Reed. Eran dos tipos a los cuales apreciaba de verdad. Comprendía su música, a ellos, su manera de contemplar la vida, de llevar el día a día, manteniéndose al margen (en la medida de sus posibilidades) de todo el circo mediático y, siendo fieles a su rutina, de su familia. Alaska, a dios gracias, sigue viva, no sé a qué ha venido este desvarío.

Recuerdo que tras el híper conocido Bailando, me interesé por el grupo. Descubrí que tenían más canciones (más de una) y que todas ellas me gustaban mucho más que el single bailongo que se hizo famoso en toda España en menos de un año. Bailando está extraído del disco Grandes Éxitos (1982). Este incluye temas del tipo que más me agradan de ellos, No sé por qué, Secretos de belleza. Y esos temas nombrados son la continuación al rastro que dejaron en el disco anterior del año 81’, titulado sencillamente, Alaska y los Pegamoides. Nos revelan maravillas intangibles, La rebelión de los electrodomésticos, El Hospital, Odio. Estas son las que les aconsejo. Si desean recuperar algo perdido en sus vidas, rebusquen en estos discos. Si no lo encuentran, se toparán con algo igual de bueno.

 

Y hasta aquí hemos llegado por hoy. Me tengo que recuperar del resfriado que pillé en mi odisea.

Que sean felices. Después de lo leído no se pueden sentir de otro modo.

 

 

FIN

 

Autor: Miguel Angel Salinas   
 
 
                                                              
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